miércoles, 20 de octubre de 2010

LAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS ACTOS



Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel y lo turbéis. Josué 6:18

Anatema significa maldición


En aquel tiempo cuando Josué estaba enfrente del pueblo de Israel, Jehová entregó en sus manos a Jericó y a su rey.
El pueblo de Jehová fue a conquistar a Jericó y consiguió una excelente victoria derrumbando los muros. Pero se declaró esa ciudad anatema ante Dios y el pueblo de Israel no podía llevarse nada de las cosas que estaban en esa ciudad si no que las tenían que quemar y destruir. Pero aconteció un hombre llamado Acán que a escondidas agarro un manto babilónico, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual el codició y los tomó sin que nadie se diera cuenta.


Después Josué envió hombres desde Jericó a la ciudad de Hai, y les habló diciendo: subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron a Hai. Y regresando de la ciudad dijeron: no suba todo el pueblo a pelar contra Hai sino suban como dos mil o tres mil hombres ya que son pocos los de la ciudad de Hai.


Pero la ciudad de Hai a pesar de que era chica no pudieron vencerla y mataron algunos hombres del pueblo de Israel. Pero al ver todo eso Josué se postró en tierra sobre su rostro y estaba muy preocupado lleno de tristeza y clamaba a Dios preguntándole el porque no habían obtenido la victoria, pero Dios le dijo que alguien había tomado algo anatema de la ciudad de Jericó y que esa fue la consecuencia de la derrota de la ciudad de Hai.
Entonces Josué fue en busca de la persona que se había llevado todas esas cosas de Jericó y encontró a Acán culpable y lo matarón a causa de la desobediencia. Y después de eso volvió el pueblo de Israel a pelear contra Hai y obtuvo una victoria.



Muchas de las veces en nuestra vida pasamos por momentos difíciles y nosotros empezamos a reclamar a Dios muchas cosas, pero no nos sentamos a pensar en que fue lo que propicio todo eso, desgraciadamente muchos de los problemas que pasan a nuestro alrededor son por consecuencia de nuestros actos.

Esta historia del libro de Josué nos da una clara lección a las cosas que hacemos sin consentimiento de Dios, que Acán siendo del pueblo de Jehová codicio cosas de la ciudad de Jericó y la consecuencia de ese codicio fue derrota de el pueblo de Jehová y muerte de Acán.


Tenemos que meditar en esta palabra rectificar, pedir perdón a Dios por todos nuestros errores que cometemos quizás sin pensarlo pero que no son bueno ante los ojos de Dios y que sin darnos cuenta después con el tiempo nos pueda acarrear maldición en nuestra vida y en nuestra familia.


Cuando venimos a los pies de Jesús somos renovados hechos una nueva creatura quitando toda mancha de nuestra vida, y debemos continuar así siendo ejemplo del gran amor de Dios y de su pureza, viviendo en Santidad para Dios y haciendo todo correctamente bajo la voluntad de Dios. Para que después no nos lamentemos de las consecuencias de nuestros actos.

Dios les bendiga grandemente





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